viernes, 29 de mayo de 2015

El cuerpo humano, esa maravillosa máquina



A nosotros nos paren, nos encontramos de golpe en este mundo y ala, a andar!


Pasa el tiempo, y una de las muchísimas cosas que nos hacen aprender es que el deporte es bueno para la salud. Deporte es, según wikipedia: "...una actividad reglamentada, normalmente de carácter competitivo, que en todos los casos mejora la condición física y ocasionalmente psíquica de quien lo practica y tiene propiedades que lo diferencian del simple juego...".

El cuerpo necesita movimiento, necesita ejercer sus músculos, no basta con sólo ejercer alguno de ellos, como más mejor. Si no nos movemos nos oxidamos, nos agarrotamos, como cualquier máquina que quede parada en un rincón sin utilizar.

Empezar a hacer deporte y ver de lo que es capaz nuestro cuerpo es descubrir un mundo. Le podemos llamar natación, ciclismo, atletismo, crossfit, gimnasia, halterofília... la cuestión es que entrar en cualquier modalidad y entrenar con cierta disciplina lleva unos beneficios brutales tanto a nivel físico como psíquico. Uno se vuelve competitivo, cada vez se exige más y cada vez se conforma con menos. Ello empieza a marcar un carácter.

Las personas no somos máquinas básicamente porque las máquinas no piensan por ellas mismas y nosotros sí, por todo lo demás sí lo somos.

El cuerpo humano no tiene límites, lo bonito es coger el camino para tratar de encontrarlo pensando que lo alcanzaremos.

Tenemos tal capacidad de adaptación al esfuerzo que un mismo cuerpo lo podemos entrenar para hacer un levantamiento de 150kg en un press de banca o bien hacerle correr 100km a pie. Sólo se trata de tener paciencia, ser constante y saber lo que se hace.

El poder de la mente...

La parte psicológica juega un papel determinante. Tener una mínima preocupación afecta exponencialmente a nuestro rendimiento de manera negativa (una simple discusión con alguien, problemas en el trabajo...). La idea expresada de manera muy simple es que tienen que existir dos elementos:

    1- La persona
    2- El objetivo

La cabeza (o parte psicológica) es el medio a través del cual la persona puede alcanzar el objetivo. Por tanto cuidar su salud y la de su entorno (todo lo que le afecta y depende, en todo o en parte, de nosotros) es crucial.

No hace falta ir a niveles de élite. De hecho no es lo común ya que la gran mayoría de personas no somos élite, simplemente aficionados en mayor o menor medida. Pongamos un ejemplo:
  • Caso 1. Persona de 30 años de edad, trabajadora con un horario de 9:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00. Disponibilidad de entrenamiento: 6:00 a 8:00
  • Caso 2. Persona de 30 años de edad, trabajadora con un horario fijo de 8:00 a 15:00. Disponibilidad de entrenamiento: 16:00 a 20:00.
Evidentemente las opciones para llevar a cabo un plan de entrenamiento son mucho más limitadas en el caso 1 que en el caso 2. Es muy importante que cada uno sea consciente de sus posibilidades y de querer fijar un objetivo acorde a ellas. Seguramente sea mucho más luchadora la persona del caso 1, que realiza sus entrenamientos a las 6 de la mañana, que el caso 2, alguien con una disponibilidad horaria muchísimo más permisiva. La parte psicológica de la persona que empieza su entrenamiento a las 6:00 de la mañana, así de entrada, ha de estar mucho más preparada que la del segundo caso, pues lo más normal a las 5:45 es estar durmiendo.

Es muy difícil que el caso 1 consiga ningún tipo de éxito en un deporte cuya competición consista en varias horas ya que en un día normal, el máximo de horas seguidas de las que dispone son 2 (si tenemos en cuenta que se va a dormir máximo a las 22:00 para poder tener un rendimiento óptimo a las 6:00 de la mañana). Convendría que escogiese un deporte en el que esas dos horas le permitiesen obtener un rendimiento alto en su disciplina ya que ello le permitiría  disfrutar de los beneficios psicológicos que esto supone (autosatisfacción, querer y poder poner el listón cada vez más alto).

No sé quien lee este blog (si es que lo hace alguien), ni si quien lo haga comparte alguna de las ideas que en él expongo, lo que sí sé con total certeza es que proponerse objetivos es muy positivo y entrenar para alcanzarlos lo es aún más. Es, sin más, disfrutar del regalo que nos ha dado esta vida: nuestro cuerpo y nuestra mente.

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