martes, 28 de octubre de 2014

Especificidad y prioridades



Bien sabido es que cuando una persona quiere hacer algo bien hecho tiene que dedicarle tiempo. Ello implica renunciar a otras cosas para invertir ese tiempo en lo que queremos mejorar o hacer con cierta solvencia. En economía hay un término que expresa este concepto, se llama coste de oportunidad.


Como más tiempo queremos dedicar a ser mejores en algún ámbito concreto, más hipotecamos lo ajeno a ese algo. Pero está claro que no se perfecciona ni se es bueno en nada si no se le invierte tiempo. Dicen que uno empieza a ser bueno en su profesión/oficio cuando lleva acumuladas 10.000 horas. Mirad cuantas horas entrenan las chicas de natación sincronizada, los nadadores, los ciclistas, los triatletas, los halterófilos y un largo etcétera. En definitiva, para ser bueno en algo hacen falta dos cosas, primero querer serlo, tener ganas, motivación, y segundo dedicarle muchas horas.

Esta introducción ha sido muy genérica, y ahora nos ceñimos a la temática propia de este blog, el rendimiento y su relación con el principio de especificidad.

Si tu objetivo es mejorar en un ejercicio concreto o una parte del cuerpo determinada la solución es muy fácil: dedícale tiempo a ese ejercicio o esa parte del cuerpo. 

Muchas veces se leen artículos u opiniones de la importancia de los ejercicios complementarios para reforzar la musculatura que se involucra en ese levantamiento que queremos mejorar. Mi opinión es bien sencilla, si quieres mejorar en press banca sólo tienes que hacer una cosa: press banca. Ojo, otra cosa es que apliques una planificación que te sea válida y te garantice cierta progresión. Para mejorar en dominadas no tienes que hacer ningún tipo de polea ni jalones, para ir bien ni los tienes que mirar, simplemente haz dominadas.


Si tienes claro tu objetivo, concéntrate en él y sal disparado a alcanzarlo.


La suma de todas las repeticiones en un ejercicio garantiza su mejor ejecución y menor desgaste a lo largo de ese movimiento, es decir, se mejora en la eficacia de ese ejercicio. Cuando una persona aprende a nadar al principio gasta en hacer 50 metros lo que un nadador avanzado gasta para hacer 200 metros. A medida que se van acumulando metros y horas de entrenamiento la técnica se va depurando y se va logrando realizar más metros con menos desgaste, esto nos hace mejores.

Si no tienes claro tu objetivo, céntrate, piensa, sueña si hace falta, despierta y sal a por ello!


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